Tristagram.

El instagram de la bajona.

Últimamente se está hablando mucho de la sinceridad en las redes sociales, en cómo a la gente (este ente maligno al que tú nunca perteneces) le gusta fingir que tiene una vida mejor de la que tiene en realidad. Todo el mundo parece unánimemente en contra de esto, pero... ¿Ser sincero en internet pasa por compartir también lo malo en las redes sociales? ¿Qué hay de malo en compartir sólo los buenos momentos? ¿De verdad cree la gente que todo el mundo es tan feliz como aparenta en internet? Supongo que a veces sí. Pero vaya, detrás de internet siempre hay personas, con sus fiestas y sus dramas. Personas que probablemente no quieran compartir con el mundo sus dramas. Aunque si quisieran, bien podrían usar Tristagram. 

P.D.: Toda esta chorrada se me ocurrió hablando con Alberto Alonso, ilustrador de Oh Myself y paisano mío al que deberíais comprarle cosas molonas ahora mismo.

P.P.D.: ¡Acabo de recordar cómo hacer gifs y lo vais a sufrir!

P.P.P.D.: Puede que ya lo sepáis pero, ¡tengo página de Facebook! Dadle a like, compartidla o algo y recibiréis mi amor eterno a cambio.